domingo, 23 de mayo de 2010

martes, 23 de septiembre de 2008

Un nuevo Barça

El nuevo diseño de los uniformes. Parece que alguna gente en Nike tenía prisa por salir a vacaciones... y no se pulió mucho en su trabajo.

Parece imposible que un club centenario, tan lleno de tradición como el Barça, alguna vez pueda volver a ser "nuevo". Pero la verdad es que por lo mismo, sólo puede un club de fútbol llegar a tan larga vida y pasar por tantas situaciones, difíciles y gloriosas, aciagas y felices, si es capaz de reinventarse constantemente y sí, cada vez que lo necesita, cambiar lo que ha sido y volver a ser nuevo.
Pues tal parece que hemos entrado en una de esas periódicas renovaciones, que le permitirán a nuestro club retomar la senda de los triunfos y encaminarse nuevamente a lo más alto de los podios del fútbol mundial. Después de la última temporada, más concretamente, los últimos cuatro meses de ésta, en la que todo parecía caerse a pedazos (al menos en lo deportivo), está claro que lo que se necesitaba era un cambio sustancial en el rumbo que estaba llevando el equipo.

Y parece que lo estamos teniendo. Por fin se vio una pretemporada muy seria; y se ha visto un inicio de Liga y Champions muy prometedor... a pesar de que los dos primeros resultados (0-1 de visita en Soria y 1-1 ante el Racing de Santander del karateka Pinillos), dieron pie a los agoreros de siempre para pronosticar más deblacles. Pero como siempre sucede, no son las palabras de unos ni las promesas de otros las que anticipan los buenos resultados; sino el trabajo serio, responsable e inteligente. Y eso parece que lo tenemos garantizado a nivel deportivo en el Barça, con Pep Guardiola dirigiendo.



Ahora va a ser que Bojan es el apestado de Guardiola. ¡Qué suplicio! ¿Hasta cuándo vamos a seguir con esta clase de cosas en el Barça? ¿Hay gente que de verdad es culé y no puede ver nada bueno, positivo y esperanzador en el club?

Una apuesta arriesgada, sin duda. Un técnico novato, pues no deja de serlo con sólo haber dirigido durante una temporada al filial, en la Segunda B. Pero un hombre de fútbol, de quien no se puede dudar de su barcelonismo... y de quien poco a poco vamos viendo que es poseedor de una gran inteligencia, una gran capacidad de trabajo, y un amplio conocimiento del fútbol.

En la plantilla, parece que se ha renovado el compromiso y el afán de triunfo de todos los jugadores, luego de que se había instalado una mentalidad derrotista y se habían infiltrado demasiado las presiones del entorno a lo interno del equipo, afectando el trabajo y la ilusión de todos. Ahora lo que se dice es que quizás la plantilla sea muy corta de efectivos... que quizás hicieron falta un par de fichajes... que seguramente hay un par de jugadores que ya no pueden aportar más o que en cualquier momento pueden ocasionar una hecatombe en el club... Pero la verdad es que los jugadores con que contamos tienen suficiente calidad; y lo que precisan es de una buena guía y una dedicación responsable a su trabajo para alcanzar el nivel de juego y los resultados que todos deseamos.

Así que hay un nuevo Barça. Lo único que no cambia, aparte de los colores del primer uniforme, es la necesidad que tiene el equipo de que todos sus aficionados hagamos una piña con ellos y los apoyemos sin descanso. Que lo hagamos sin importar las distancias de todo tipo que nos separan: apoyemos, que sólo así veremos los triunfos del nuevo Barça, el Barça de siempre, el eterno Barça...



Bueno, esto tampoco cambia: El Camp Nou, el majestuoso, el escenario de tantos momentos de gloria. Un día de estos cumple 51 años de fundado. ¡Visca Barça!

miércoles, 5 de marzo de 2008

Pasamos la primera aduana de Moscú


El Barça está ya en cuartos de final de la Champions League, tras superar a un Celtic de Glasgow que quizás no fue un rival tan bravo como se anticipaba. Se consiguió la clasificación en un partido tan pobre y aburrido, que de él no vale la pena consignar nada más que el marcador: 1-0, gol tempranero de Xavi, con el que se ratificó el 3-2 del partido de ida… y a esperar el sorteo.

Por supuesto: el peor detalle de un partido de por sí prescindible, ha sido la enésima lesión muscular de Lionel Messi. Una desgracia que por poco me saca a mí también las lágrimas de desolación que provocó en el joven delantero argentino. Se perderá seis semanas, según han determinado los médicos blaugranas.

Sólo nos queda esperar que el tratamiento y la recuperación sean exitosos, y que al cabo de mes y medio lo veamos de nuevo en las canchas, derrochando su clase, dejando defensas tirados en el suelo por docenas y anotando goles espectaculares que nos levanten del asiento. Pero me preocupa mucho que aparte de recuperación física, esta vez se requiera un “algo más” para que Lionel alcance el tope de su rendimiento cuando pueda volver a jugar. Las lágrimas mientras abandonaba el campo son la prueba de que esta repetición de las recurrentes desdichas del futbolista han llegado a lastimarlo también en el aspecto anímico. Debe ser desesperante para un muchacho de 21 años, con condiciones futbolísticas estratosféricas, ver que las lesiones no lo dejan en paz y a cada rato lo vuelven a alejar de lo que más ama: el balón y el terreno de juego. Lionel ha demostrado siempre tener buena cabeza, ser tranquilo y no caer en extremismos; pero parece que ya no soporta más la frustración… es la hora, pues, de que se le ayude a que cuando su cuerpo esté al 100 por ciento, su mente lo esté también. Además, han surgido con insistencia las versiones de que el muchacho quizás no presta la suficiente atención al cuidado de detalles extrafutbolísticos que son determinantes para la carrera de todo jugador profesional; lo que al fin de cuentas contribuye en mucho a la reiteración de las lesiones. Por lo tanto, es buen momento para hacerle ver qué cosas está haciendo mal y conseguir que las solucione de una vez por todas. Porque si hay algo que amerita ser primordial en Can Barça, eso es el bienestar de Lionel Messi, un jugador destinado a llevar al club entero a los más elevados niveles de gloria futbolística por muchos años más; y si al fin de cuentas, alguna vez llega el momento (no lo queremos ver jamás) en que el cuerpo de Lionel no le permite más jugar al fútbol de máximo nivel, que sea por causa de la veteranía o el infortunio absoluto, y no por la falta de empeño y cuidado de quienes tienen que velar por la buena condición del jugador, empezando por él mismo. Porque lo primero sería una tristeza a sobrellevar con resignación; pero lo segundo, un pecado imperdonable…

¡Ánimos para Lionel! Que se recupere bien, que lo necesitamos al tope para el final de temporada, para ir dos veces al Bernabéu, una a sacarle de la cartera la Liga al maligno y la otra a levantar la Copa del Rey, y sobre todo, para liderar la expedición que irá a Moscú a reclamar la tercera “Orejona”


El enemigo, en cambio, va deportado…

A diferencia del Barça, el Real Madrid finalizó en la ronda de octavos de final su participación en la actual Champions League. Lo ha hecho a lo grande, perdiendo ambos partidos de la eliminatoria y demostrando que quizá su trabajo de la presente temporada los está conduciendo más en dirección hacia el desastre que hacia la gloria.

Y como si la catástrofe blanca no me provocara suficiente gozo, las esperpénticas declaraciones del entrenador, Bernd Schuster, en la conferencia de prensa post partido, no me dejan quitarme la carcajada de la boca. Su sensacional frase, “para mí no es una derrota; no clasificamos, pero no es una derrota”, es digna de que todos los futboleros la atesoremos en nuestra memoria, al lado de las geniales sentencias de Helenio Herrera, las sabias palabras de César Luis Menotti, las graciosas salidas de “Bambino” Veira y la inspirada filosofía de Jorge Valdano. Pero claro, no en el estante de la gloria, sino en el cajón de la vergüenza. ¡Ay, Schuster, qué bochorno…!

No hay peor castigo para el orgulloso y pedante que la humillación, sobre todo si se la inflige a sí mismo. Esta vez Schuster, ante el desastre, ha obviado absolutamente la autocrítica y ha incurrido en el ridículo, pues tal parece que su consigna es evitar a cualquier precio, reconocer que fracasó. Esta temporada, sintiéndose encumbrado al Olimpo al recalar en la casa blanca, escogió el camino de la soberbia y tras varios meses sintiéndose el rey del universo, la vida le empieza a pasar las facturas. Y le está empezando a ir como le toca ir siempre a la gente que no es buena porque no le da la gana: mal. Y aquí no acaba todo: todavía le queda fajarse a lo bruto a achicar en Liga, donde su bote, hasta hace poco un altivo yate de lujo, ya está haciendo agua en grande y sólo da muestras de que, o sigue contando con el auxilio de los árbitros, como el fin de semana pasado en Huelva, o en un parpadeo estará encallado miserablemente.


Buscá tu salvavidas, rubial y pedante alemán, que de seguir así, muy pronto pasarás de altanero patrón a desesperado náufrago…

jueves, 28 de febrero de 2008

Metieron el bus... y Xavi la clavó por la ventanilla


Otro partido, otra crónica robada... Ahora le tocó el turno del "asalto" a El Periódico:


Xavi igualó el gol de Villa en el tiempo añadido y deja en el aire el pase a la final (1-1)

Un plan perfecto le había salido a Koeman, y al Valencia, claro, hasta que apareció Xavi para iluminar la fe del Barça en una volcánica semifinal. Los azulgranas llegaban embalados a la Copa, mientras Villa le complicaba, y mucho, el pase a la final. Un disparo del Valencia, un tanto. Numerosos tiros azulgranas y Hildebrand, el meta alemán convertido en un pim-pam-pum, que los repelía todos con acierto. Al Barça le había abandonado el gol y el Valencia, con su versión más italiana, rozó un tesoro, interrumpido por la puntería de Xavi. Etoo se ayudó con la mano y, ya en el descuento, emergió la fe del centrocampista para mantener con vida al Barça.Acabado el partido, el Barça se miró a sí mismo. Y, desgraciadamente, no se reconoció. Al menos, no como había jugado en los últimos partidos porque le faltó, sobre todo, contundencia ofensiva. En una misma jugada, tuvo tres ocasiones de gol. Las tres falló. Tres tiros, una parada de Hildebrand, un despeje afortunado de Albiol y otro rechace de la defensa del Valencia abortaron el mayor caudal ofensivo de los azulgranas. Todo sucedió en apenas diez segundos cuando el Barça arrinconó al ordenado equipo de Koeman.

ENCUENTRO NARCOTIZADO
Pasada la tormenta inicial de los 10 primeros minutos, el Valencia narcotizó el encuentro, silenció al Camp Nou y estranguló defensivamente al trío fantástico. Etoo estaba demasiado lejos de Hildebrand, Messi se enredaba en regates sin mucho sentido y Henry solo disparaba desde fuera del área. A través de un triángulo en el centro del campo, integrado por Ever, exquisito el joven argentino, listo, astuto, dándole la velocidad adecuada al balón, Mata y Maduro, el Valencia logró adueñarse del partido. No asustó a Valdés, excepto el gol anulado a Joaquín (m. 10) por dos motivos: tocó el balón con la mano y, además, el delantero andaluz estaba en fuera de juego.


HILDEBRAND, EL HÉROE
El Barça, entretanto, solo funcionaba a base de arreones. A veces de Touré, impresionante cabalgada la suya. A veces de Abidal, quien creó tanto peligro con un disparo lejano como los delanteros. Y en pocas ocasiones de los centrocampistas. Tuvo Xavi más impacto en el partido que Deco porque Koeman tejió una red de soldaditos blancos ante Hildebrand, un portero singular. El alemán no atrapó ningún balón, pero rechazó todos y, además, el Barça no tuvo mucha profundidad. Ni supo desbordar a la defensa del Valencia, que se repartió el Camp Nou como si fuera un minifundio. Cada uno cuidaba, y con mimo, su huerto.

UN FRONTÓN
Así, con una solidaria ayuda, el Valencia frenó al Barça. Aunque la principal razón radicó en que el equipo de Rijkaard no tuvo gol. Curioso. Tanto talento desparramado en la delantera, tan poca pegada. A medida que pasaban los minutos, Koeman ordenaba a sus jugadores que pegaran el culo a la nariz de Hildreband, y hallar un espacio era digno de un explorador. No solo porque se necesitara una brújula sino porque los caminos eran laberínticos. Sin ser una maravilla de partido, la intensidad y emoción que desprendía contagió al público. Era, en realidad, un equipo (el Barça) estrellándose, una y otra vez, contra un frontón (el Valencia). Al comprobar que no había forma humana de romperlo, Rijkaard quiso revolucionar el equipo al colocar a Iniesta por Deco y Bojan por Henry. Segundos después, Arizmendi aparecía como Pedro por su casa por la banda derecha para permitir que el escurridizo Villa se reencontrara con el gol. Casi siempre marca en el Camp Nou.

EL NUEVO 'PIOJO'
Villa es el Piojo López del nuevo siglo. Y el Valencia, de la nada, obtuvo el botín que nunca esperó aprovechando astutamente el descontrol vivido por el Barça con ese par de cambios. Los nervios se transformaron en angustia. Y la angustia en desesperación. Y la desesperación en abatimiento porque perdía un partido que debió ganar y terminó empatando porque el fútbol, aunque sea avalado con la mano de Etoo, tiene un punto de justicia.Al excelente contragolpe, perfectamente resuelto por Villa, respondió el Barça con un contagioso ejercicio de entusiasmo y fe. Entusiasmo porque doblegó al Valencia en el tiempo de descuento cuando la llama de la esperanza se apagaba. Y fe porque Koeman se veía ya en la final por el apagón de los fantásticos. Pero llegó Xavi y encendió la luz.


La crónica, robada de El Periódico... ¿y las fotos? Ja, ja, "adivinen"...

domingo, 24 de febrero de 2008

Diferencia en dos puntos... y sigue bajando


¿Qué fecha es hoy? ¿24 de febrero? Hum. Si alguien me hubiera dicho el 24 de diciembre, mientras viajaba de vuelta al pueblo después de ver el clásico en el Casal Catalá, rumiando mi pesar y vislumbrando un oscuro porvenir para el Barça, que esa diferencia de siete puntos en la clasificación —y toneladas de calidad en fútbol—, iba en algún momento a estirarse a 9 y para esta fecha, reducirse a 2, me habría mostrado absolutamente escéptico.

Pero ahora, por supuesto, la situación invita no al optimismo, sino abiertamente a la carcajada y la euforia. El maligno se cae a pedazos mientras el Barça parece cada vez más vigoroso y listo para el desafío por los tres títulos. Rivales de poco fuste apean de su nube a los merengues, mientras el Barça se faja en tres estadios reputados de infernales (Sánchez Pizjuán, La Romareda, Celtic Park —irónicamente, El Paraíso, según sus hinchas—) y finalmente, tras vapulear al próximo inquilino de la Segunda División, termina pegándole un mordisco en la cola al dragón blanco que había incendiado todos los campos de Primera de España, al punto de tener a sus parciales más ocupados en calcular cuáles rivales tendrían que hacerles el “pasillo” primero, que en pensar que todo lo hecho hasta fin de año podría pasar a la historia como anécdota si no se sostenía el esfuerzo por unos meses más.


Incluso que los vikinguitos salieran por la puerta de atrás en la Copa del Rey, no alimentó mucho más mis esperanzas de lo que hubiera podido hacerlo el ver a Ronaldinho haciendo otra vez una elástica. Me pareció un detalle menor. Un tropezón del maligno versión 2007-08 en su frenética carrera por convertirse en el equipo más aplastante de todos los tiempos, del que, supuse, se levantarían tan fuertes como antes, para dolor nuestro y complacencia de ellos. Pareció que así era; que en efecto, habían salido ilesos. Pero, aunque no habíamos alcanzado a verlo bien, la verdad era que se habían levantado cojeando. Y parece que ya su renquera no les permite estar en pie; y con el estrépito inmenso que sólo puede producir la soberbia más grande del mundo, han caído.



Y su peor pesadilla se convierte en realidad. Mientras a ellos se les quema el pan en la puerta del horno, las marchitas y pisoteadas flores del Barça recuperan la lozanía, los bellos colores, el delicioso aroma. El proyecto de Schuster transita por la misma senda descendente a los infiernos que en su día dio muerte al sistema florentiniano de "Zidanes y Pavones”; mientras el Barça aún con Rijkaard recupera el fútbol y las piezas que lo trajeron de vuelta a la gloria tras un destierro de cinco años. Ver para creer.

24 de diciembre, tarde-noche. Ya no esperaba más del Barça para esta temporada; únicamente archivé en lo profundo de mi corazón, el deseo de que Rijkaard supiera reconducir la situación y recuperar todo lo que el equipo había perdido, con la esperanza de que ello alcanzara para mantener una distancia digna respecto del líder, y por qué no, aprovechar cualquier fallo de ellos para hacerla aún más digna. Cualquier cosa mejor que eso, y me daría con una piedra por el pecho.


24 de febrero, tarde-noche. Escribo estas líneas tras ver cómo no sólo Rijkaard y el Barça están haciendo realidad el deseo que pedí al tirar la moneda al Pozo de los Deseos, sino que también Schuster y su banda de metrosexuales están colaborando en grande, cavándose su propia tumba. Debería cumplir y tomar la piedra más grande que pueda para dejarla caer sobre mí; pero si lo hiciera, probablemente no viviría para ver si esta semana en que el Barça ha vuelto a convertirse en el coco tiene continuidad… y vale la pena quedarse a ver eso. Porque todo indica, que lo visto en este principio de año no es un espejismo, sino un traspaso de poderes...

¡Es tan difícil mantener la cordura! ¡Cómo me cuesta no caer en un frenesí de complacencia por mi equipo y de insultos hacia el archirival! Me muerdo la lengua, porque a fin de cuentas, tantas cosas se han visto en la historia del fútbol, que sólo un tonto podría tener por segura la gloria que aún no se ha ganado. Estoy empeñado en no volver a ser un tonto de esos nunca más; de la misma manera en que los jugadores del Barça parecen empeñados en ser de nuevo los grandes campeones que llenaron de calidad la retina del todo el mundo futbolero. Pero si con este juego del Barça y estos dos puntos de diferencia —y bajando— no encontrara razones para ser optimista y albergar confianza en mi equipo, más me valdría olvidarme de todo esto y dedicar las horas que quedaran vacías a tejerme un número infinito de suéteres de lana. Pero no tengo espacio en mi clóset; así que mejor lleno mis pulmones de aire y los vacío en un solo grito que llegue hasta la estratosfera:

¡BARÇA CAMPEÓN, CARAJO!


Fotos: Robadas de Sport, Marca (al que sólo visito cuando pierde el maligno, o sea, este año voy de lector fijo), y El Periódico.

jueves, 31 de enero de 2008

¡Vamos Barça, carajo!

No pude ver el partido de hoy. Tampoco lo escuché completo... diay sí, la oficina.

Así que voy a inaugurar mi nueva modalidad de "postear" aunque apenas tenga una pequeñísima noción del partido. Se llama: "¡Copy and paste, conchudo!"

En este caso, la crónica robada es la que aparece en la página de Fox Sports... No me demanden, que no tengo plata...


Barcelona vence a Villarreal y está en semis
EFE / Fox Sports Publicado el: 31 de Enero, 2008, 9:59 PM Bs.As.

BARCELONA, España - El FC Barcelona accedió a las semifinales de la Copa del Rey gracias a un solitario gol de Henry en 180 minutos (1-0; 0-0 en la ida), pero en el partido de vuelta en el Camp Nou todos los elogios se los llevó un inspirado Leo Messi, que volvió a cuajar una sensacional actuación, y también el meta del Villarreal, Diego López, quien paró un penalti al argentino.

(Cierto, qué buen portero este López... Pellegrini, ¿cuánto pide por él?)

El encuentro se decidió en los últimos minutos de la primera parte, en la que en dos acciones de Messi, la joven estrella argentina sacó dos amarillas a Cygan, que acabó expulsado. En la primera de las dos faltas, Henry marcó de cabeza el gol barcelonista.

Además de la sensacional actuación de Messi, en ocasiones excesivamente individualista, brilló también el meta Diego López, quien dio gran seguridad y neutralizó casi todo el peligro con grandes intervenciones.

El Barça se lanzó a por el partido desde el primer minuto, a partir del cual se hizo con el control del balón, aunque tuvo los problemas habituales en el Camp Nou, especialmente cuando el rival sólo le dejó jugar en tres cuartas partes del campo por adelantar la defensa.



El equipo de Manuel Pellegrini mantuvo la compostura atrás con una disciplina defensiva, que también se benefició por la nula movilidad de los tres atacantes del Barça (Messi, Bojan y Henry). A pesar de este orden, el Villarreal no sabía sacar el balón por la presión asfixiante de una media del Barça que se hartó de robar balones.

Poco a poco el Villarreal fue reculando por el empuje barcelonista y por una animación en el Camp Nou desconocida (la megafonía con música se escuchó durante el partido). Henry empezó a solicitar balones y a encarar la meta, igual que Messi. Atrás, Diego López, muy seguro, resolvió con acierto todo lo que le llegó.

La primera aproximación de Villarreal llegó en el minuto 16, en un error en el pase de Zambrotta, que interceptó Senna, pero en la acción final Rossi disparó fuera.

Messi se volvió a echar al equipo a la espalda y de sus botas y sus 'eslalon' empezaron a producirse las jugadas más peligrosas del Barcelona. Márquez, en el minuto 21, estuvo a punto de inaugurar el marcador, pero un defensa le saló el balón en el momento apropiado.

Seis minutos después se produjo la jugada del partido hasta el momento, cuando Diego López rechazó en dos ocasiones el balón, disparado por Messi, y en la tercera acción, Deco lanzó alto. Nuevamente Messi, en el 34, quiso resolver en una acción individual que el meta atajó.



En esta última jugada, el argentino mantuvo la compostura en el área, después de que Cygan le hiciese penalti, que el árbitro no señaló porque el barcelonista continuó con la acción. Diferente fue en el minuto 41, cuando el francés Pascal Cygan aplacó al argentino, tras cuya falta Henry cabeceó a gol (1-0).

En la siguiente acción, tras el tanto barcelonista, Cygan volvió a cometer falta a Messi en la frontal y el árbitro le enseñó la segunda amarilla y se expulsó. La falta la lanzó Messi y Diego López, en el minuto 45, volvió a realizar una feliz intervención.

La segunda parte fue absolutamente del Barcelona. El Villarreal, con un jugador menos, dio un paso atrás y esperó un contragolpe que no supo armar, ya que fue incapaz de quitarle el balón a los barcelonistas.

El partido entró en una fase de dominio total de los locales, pero también de aburrimiento, en la que los barcelonistas movieron una y otra vez el balón sin profundidad. Sólo las acciones de Messi elevaron el tono del partido. En el minuto 54, el argentino llegó a sortear hasta a cinco jugadores dentro del área levantina, y en el 64 volvió a realizar una grandísima acción, pero sin recompensa en el marcador.

En el minuto 75, la rutina en el partido se rompió con la entrada de Ronaldinho en el campo, pero mientras esperaba en la banda, una pase largo de Xavi lo controló Bojan, y a la salida de Diego López, el joven barcelonista cayó al suelo y el árbitro señaló un penalti muy protestado. Messi lanzó a la derecha del meta, que le aguantó todo lo que pudo, y paró neutralizó la pena máxima.

Ficha del partido:
1. Barcelona: Valdés; Zambrotta, Puyol (Thuram, min.46), Milito, Abidal; Iniesta, Márquez (Xavi, min.68), Deco; Bojan (Ronaldinho, min.75), Henry y Messi.
0. Villatrreal: Diego López, Venta, Cygan, Godín, Capdevila; Senna (Bruno, min.48), Josico, Cani, Pires (Josemi, min.46); Rossi (Cazorla, min.46) y Tomasson.
Goles: 1-0, min:41: Henry
Árbitro: Mejuto González (comité asturiano). Mostró cartulina amarilla a Henry (min.55). Expulsó a Cygan (min.42), tras haber recibido un minuto antes otra amarilla por haber realizado en las dos jugadas faltas a Messi.
Incidencias: Partido correspondiente a la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey, disputado en una noche fría en el Camp Nou, ante 64.424 espectadores, según datos facilitados por el club catalán.

lunes, 21 de enero de 2008

Al menos ganó el Barça...



Vuelvo de mi ostracismo, principalmente porque hacer la crónica del partido de ayer es lo más fácil que he emprendido aquí en el blog. El Barça ganó uno a cero al Racing de Santander; gol de Henry. Punto.

Lo demás que se puede hacer es tirar apuntes sueltos.

1.- Por supuesto que sería mejor que el Barça, aparte de ganar, hiciera alguito más... Como por ejemplo, más de un gol... Alguna jugadita espectacular aparte de una salvada de nuestro portero... Alguna seguidilla de pases con la cual uno pudiera gritar el "oooooleeeee"... O sea, algo digno de la "filosofía" o el "estilo Barça"... Pero actualmente, la Magdalena no está para tafetanes: Estamos a siete puntos y con el goal average en contra respecto del líder del torneo, y con cualquier clase de partido que haga el Barça para conseguir que esa desventaja no se ensanche más, debemos darnos por satisfechos...

2.- Víctor Valdés es el portero titular del Barça, sin importar si le ponen de suplente a Jorquera, a Pinto o al mismo diablo. No creo que necesite la "presión" de nadie para mantener la conciencia de que su buen desempeño es fundamental para el equipo, ni mucho menos para esforzarse al máximo cada vez que sale a entrenar o al partido oficial. Creo que ni siquiera necesita que a cada rato le estemos recordando lo maravilloso y milagroso que es su colega merengue... Más de uno se perdió, por estar bostezando o ya más bien cabeceando, la jugada en la que Víctor salvó el partido y quizás la temporada... pero él sí estuvo alerta y listo para cumplir. Porque ya va siendo costumbre que el dicho de un compañero suyo, que nunca cumplió, lo cumpla él todos los partidos: "Cuando el equipo me necesite, ahí estaré."

3.- Es de admirar la honradez y el profesionalismo de Zambrotta y Gudjohnsen. El italiano, vino como campeón del mundo y en el comienzo de esta temporada ha tenido que verse como suplente, transferible, y objeto de las críticas de la hinchada y los sabihondos mediáticos. Y lo probable es que él sea el que menos entiende qué carajos ha estado pasando... porque él, podemos estar seguros, no ha cambiado ni un ápice del lateral comebandas que jugaba en la Juventus y que levantó la Copa del Mundo tras jugarse un gran Mundial. Él ha seguido llegando a trabajar todos los días como cuando estaba en Italia, ha seguido haciendo el fútbol de siempre, corriendo la banda como siempre, llegando al fondo para tirar el centro como siempre, defendiendo duro como siempre... pero son los demás los que le han cambiado el escenario, "chupándole" el pase cuando dobla a su extremo, fallándole en la cobertura cuando anda en ofensiva, dejándolo solo cuando se necesita que acompañen en la presión, y finalmente, poniéndole apodos y silbándolo cuando el error o la omisión de un compañero lo hacen correr de un área a la otra como alma que lleva el diablo, sin llegar a tiempo ni participar de la jugada nunca... Pero él, como dijimos, es el de siempre; y cuando lo dejan, vuelve a jugar como un campeón del mundo. Ayer lo dejaron...

Y el islandés... Cuando ya lo acosaba más que nunca el fantasma de convertirse en el nuevo Ezquerro cuando Ezquerro se fuera, o sea, el ninguneado, el cero a la izquierda, el que sólo juega en las "pachangas", esas cosas del fútbol y de una plantilla no muy extensa como la del Barça, le dan una nueva oportunidad. Su nueva figura, esculpida a punta de paella, lo convierte en algo que antes no había sido nunca: en el hombre de choque, el de ir a fajarse con los más duros del rival, el de meter el hombro para desarmar al habilidoso. En su selección y aún en el Chelsea se destacaba por ser uno de los más finos para tocar el balón. Aquí no le pidieron eso, sino convertirse en el tanque ruso que impacte y aplaste el frente del enemigo... Y él, puso manos a la obra. Poco a poco, además de echar el cuerpo, va volviendo a tocar el balón con fineza. Porque trabaja, se esfuerza, y está convencido de que su propio progreso depende del progreso de su equipo. Lástima que en el concierto futbolero mundial, Islandia no es Brasil, y que el bueno de Guddy no es más atractivo para mercadear productos que otros; porque quizás, otro gallo habría cantado en el clásico si a los vikingos madrileños los hubiera desafiado el vikingo de verdad...


Forever El Pupas

Ya ni siquiera tengo ganas de tratar de buscar la razón por la cual, existen en este mundo equipos como el Atlético de Madrid. Equipos en los cuales, ni sus aficionados, ni mucho menos uno que no lo es, pueden confiar. Equipos que no importa cuántas oportunidades les presente la vida para sacudirse de su historia, para rebelarse contra quien los oprime, para ser el que ríe de último y por lo tanto, ríe mejor. No importa porque siempre fallarán. Sobre todo cuando el enemigo al que pueden hacer morder el polvo en grande, es el mismo que siempre se ha limpiado los zapatos con ellos, que los mira y suelta una carcajada burlona. Por más bravura que recauden la semana previa, llegar ese enemigo a su casa y patearles el trasero es todo uno. A veces, la ilusión del "ahora sí, hoy sí se nos hace", no les dura ni 35 segundos...

Quizáz existan sólo para que equipos en desgracia, decepcionantes, hazmerreír de su gente, como el Barça del año pasado, en medio de la temporada más aciaga de la historia, lleguen a su propio patio y les endosen media docena de pepinos... Quizás existan porque ese es su destino, simplemente. Ser FOREVER EL PUPAS...

¿Y del otro equipo de la capital, qué voy a decir ya? Sólo que cada día me convenzo más, de que ya vino el Anticristo a la Tierra, se enteró de que había un club de fútbol al que llaman El Maligno, dijo: "Este es el mío", hizo un pacto con su entrenador y jugadores, y a partir de ahí, con la ayuda de su padre, Satán, les está permitiendo vivir una vida en la que entre más malos son, mejor les va...

Esa es la razón principal por la cual, para tumbarlos de ese primer lugar, además de que el Barça no pierda ni un solo punto de ahora en adelante, lo que necesitamos es rezar... In nomine Christi, vade retro Satanas...
Como siempre, las fotos son robadas, de Sport y cuanto sitio de Internet puedo.