sábado, 22 de septiembre de 2007

50 años del Camp Nou


¿Qué más voy a decir? El santasanctórum de la religión pagana del barcelonismo; La Meca de los culés que vivimos lejos de la Ciudad Condal y añoramos que llegue algún día en que podamos acercarnos a este coloso, pasear por sus instalaciones, sentarnos en una de sus butacas, y gritar un gol del Barça junto a 98.000 (pronto 104.000) compañeros culés. Hoy el club celebra los 50 años de existencia de su hogar. A la distancia, por supuesto, celebro yo también. El Camp Nou, por siempre, el mejor estadio del mundo.


Los silbidos a Ronaldinho

No puedo opinar sobre el rendimiento en la cancha de nuestro crack brasileño, indiscutiblemente el motor del cambio en nuestro Fútbol Club Barcelona que antes de su llegada se mantenía agarrado apenas con las uñas al borde de un abismo del que parecía no podría salir en muchos años. La maldición de la televisión que me ha caído este año me ha impedido ver los cuatro juegos disputados por el Barça en la temporada; en tres de los cuales, el antes imprescindible Gaúcho se ha marchado del campo con muchos minutos de anticipación al final del partido. Sin embargo, he leído en todos los medios que en todas esas ocasiones, y sobre todo el miércoles ante el Lyon, tan pronto estuvo Ronaldinho acomodado en la banca, el equipo salió de un marasmo de juego y reaccionó positivamente; lo cual no creo que sea tan claramente un "causa y efecto" como podría parecer, pero sí debe significar algo.

Por lo menos, significa que el Dinho no es el jugador decisivo y trascendental de antaño. He leído que más aún, su participación es casi nula (lo que me extraña, porque en el breve resumen del partido de Champions lo vi participar en dos jugadas, la del primer gol y la que le sacaron a Messi de la raya, y en ambas, o fue un espejismo causado por mi ferviente anhelo de ver al Gaúcho reformado, o en efecto lo vi amagando y tirando el pase al milímetro, exactamente como antaño). Pero eso no me extraña tanto, sobre todo porque según quién sea, Ronaldinho juega mejor o peor, dependiendo de si uno es detractor o defensor del brasileño.
Lo que sí me llama la atención es la vehemencia con la que varios autores y comentaristas de los blogs culés, presentes o no en el Camp Nou durante el partido de la Champions, han censurado la actitud de muchos aficionados que esa noche llegaron más dispuestos a silbar al Gaúcho que a celebrar sus jugadas. Se escribió que tal comportamiento de un buen número de los parciales blaugranas es absolutamente censurable, puntuable con un cero, y que en contraposición a lo que algunos suelen pregonar, la hinchada culé es la peor del mundo y sólo genera sentimientos de vergüenza y lástima.


Como siempre, la vida no es en blanco y negro. No es una cosa ni la otra: Ni somos la peor afición del mundo, ni la mejor. No fue la del miércoles tampoco la primera noche en que al menos una parte de los culés le dedicaron a alguno de sus propios jugadores más abucheos que aplausos. No es tampoco una actitud única de la hinchada blaugrana. Ciertamente, no es lo mejor que puede hacer un aficionado: ir al estadio y dedicarse a insultar a un jugador que está en el campo defendiendo sus propios colores. Pero tratándose del futbolista en cuestión de quien se trata, al menos puede uno entender, aunque no compartir, ese comportamiento de unos hinchas.

Venimos de una temporada nefasta, en la que no sólo no se ganó ningún título, sino que tuvimos que soportar, uno tras otro, acontecimientos bochornosos, tanto fuera como dentro del terreno de juego. Para esta temporada, no queremos de ninguna manera volver a pasar por lo mismo. Queremos vivir de nuevo las alegrías que este equipo, con prácticamente los mismos jugadores, nos deparó hace tan poco. Entendemos que la razón por la que la temporada pasada fue tan distinta a la del doblete, tiene mucho que ver con la actitud de muchos de nuestros jugadores, que habiéndonos acostumbrado ya a sus derroches de calidad, de repente se volvieron futbolistas del montón, y peor aún, caídos en la dejadez, como si les valiera un pepino si el Barça gana o no. Y como entre lo que vemos y lo que nos hacen ver los medios de comunicación destaca siempre la colosal figura de la estrella que hace tan poco nos deslumbró y que ahora casi no es ni su propia sombra, al sentir que las cosas este año no están cambiando respecto del pasado cuanto quisiéramos, la emprendemos contra Ronaldinho.

Porque lo que sabemos de él es que es el futbolista mejor pagado del planeta. Sabemos que a estas alturas de su vida, sin haber cumplido 30 años, está forrado en plata y tiene el mundo a sus pies. Sabemos, lo hemos comprobado de primera mano, que sus capacidades como futbolística son extraordinarias. Pero lamentablemente, sabemos que ahora mismo está menos interesado en su trabajo al servicio del Barça que en llevar una vida disipada, de continua fiesta y libación de licor. No sabemos, porque ni él ni nadie nos lo han dicho, por qué Ronaldinho actúa así. Para cualquiera de nosotros, irse de fiesta implica alegría, desentenderse de todas las responsabilidades y abandonarse al placer; y no entendemos por qué diablos el Gaúcho está tan feliz como para parrandear una noche sí y la otra también, si él y el resto del equipo vienen de regalarnos una temporada para el olvido, que nos tiene a todos todavía con los nervios de punta.

Sumémosle a esto la bomba publicada por el diario La Vanguardia, sobre la parranda del jugador a 48 horas del partido en Pamplona, cuando a estas alturas lo que todos esperamos (porque el mismo jugador lo ofreció) es un comportamiento reformado de nuestra estrella, y tenemos ahí el motivo de que el miércoles hubiera gente dispuesta a silbarlo e insultarlo en vez de aplaudirlo como en el pasado.

Me apunto con los que creen que a nuestro equipo tenemos que apoyarlo sin descanso; que si un jugador se equivoca en una jugada, hay que aplaudirlo y tratar de darle ánimos para que en la siguiente ocasión que toque la pelota, lo haga mejor. Pero tampoco me es ajeno el sentimiento del culé que no entiende por qué un tipo que le saca tanto dinero al club no lleva la sangre hirviendo de pasión blaugrana, y en vez de jugarse la integridad física en cada entrada con tal de defender los colores, pierde el balón a cada que lo toca y en vez de correr, camina como si estuviera paseando por el parque. A veces lo he sentido; aunque por lo general, no es así como yo lo veo. Yo no creo que Ronaldinho merezca insultos porque ahora está bajo de forma. Merece ser reprendido si incumple las normas disciplinarias del club y si su comportamiento lo hace bajar su rendimiento, perjudicando así al equipo. Pero, hay gente que ve las cosas desde un punto de vista más extremo que el mío. Y sólo si Ronaldinho les demuestra a esa gente que no es el vagabundo y caradura que ellos creen, logrará acallarlos. El problema es que ni en la cancha ni fuera de ella, el Gaúcho está dando pruebas suficientes.

¿Estampida tras Mourinho?

Leí en el Sport (sí, ya sé que no es la fuente de información más confiable, pero bueno...), que los pesos pesados del vestuario del Chelsea están furiosos por la sorpresiva salida del técnico portugués afecto a Shakespeare. Y que eso podría significar la desbandada de los mejores jugadores que, de la mano de don Pepe, arribaron a Stamford Bridge.

Por supuesto, la única idea que me viene a la mente al leer esta información, es el provecho que el Barça podría sacar de ello. De entre esos jugadores que le den la espalda al magnate Abramovich y empiecen a buscar opciones en otra parte, muchos son totalmente "barceloneables". Sueño desde ya con ver a Txiki Beguiristain y Joan Laporta, o cualquier otro dirigente de nuestro club, hablando (y trabajando) de negociaciones alrededor de un Essien, o un Makelele, o un Lampard, o un Drogba, o un Alex, o un Cech. Muchos de ellos son eso, verdaderos sueños, dada la cotización tan onerosa que los petrodólares rusos les han conferido. Pero, ¿acaso no sería grandioso ver a los dos primeros de mi lista, por lo menos, haciendo su presentación en el Camp Nou con la camiseta blaugrana?

¡Txiki! ¡Joan! ¡Pónganse vivos! ¡Ahí viene un cardumen de peces gordos y hay que tirar las redes!

Fotos: Robadas, como es habitual, sin ningún pudor ni cargo de conciencia, del Sport (www.sport.es).

viernes, 14 de septiembre de 2007

¡Feliz cumpleaños, mi país!

Mañana, 15 de setiembre, celebramos en Costa Rica el Día de la Independencia. Este es, por supuesto, el cumpleaños de la nación. Como es tradición, este día 14 está lloviendo sapos y culebras en mi pueblo (en toda mi vida, sólo una vez, que recuerde, no ha llovido la tarde y noche del 14 de setiembre). Esperamos que la tradición climática se mantenga y tengamos una mañana del 15 bien soleada, para disfrutar de los desfiles... sobre todo, de las bastoneras, je, je, je...


Aunque ya no las dejan vestirse como antes. Lo cual está bien para mi edad actual, ya que tanta colegiala hermosa luciendo falditas que con el baile y la brisa vuelan en todas direcciones, me hacen sentir ya como un cochino degenerado...

Corrijo una omisión imperdonable

Hasta ahora, en todo lo que llevo de hacer el blog no había hecho ni una sola mención al futbolista costarricense que en opinión del pueblo y de los "entendidos", ha sido el mejor de la historia en el país, y que, como no podía ser de otra forma, en la plenitud de su carrera vistió los sagrados colores del Fútbol Club Barcelona. Hablo, por supuesto, de Alejandro Morera Soto.



Claro, a muchísima gente fuera de Costa Rica este nombre no le suena en lo más mínimo. Porque se trata de un futbolista de la época añeja del fútbol mundial. Pero aquí en Costa Rica, todos los días se le recuerda y sobre todo porque el equipo de su vida en el país, la Liga Deportiva Alajuelense, bautizó su estadio con su nombre. Para los que no lo sepan o no lo recuerden, a continuación publico (robada de un sitio de Internet, que a su vez debe haberla "obtenido" de otra parte; aquí todos somos como Robin Hood), la breve biografía de esta gran figura:

El "fenómeno costarricense", así fue bautizado por los periódicos de Catalunya cuando formó parte del Barcelona, ese gran equipo, con el cuál se proclamó campeón en 1934 y fue el goleador de ese certamen.
La carrera de Alejandro Morera Soto fue brillante, por eso le llamaban también "El Mago del Balón" con un pie pequeño, pero potente, que venció a grandes porteros. Con 16 años, en 1925 debuta con la camisa de Liga Deportiva Alajuelense (L.D.A) en la primera división en un partido ante la Sociedad Gimnástica Española. La Plaza Iglesias fue testigo del juego de este talentoso joven, pues cuando jugaba en categoría infantil con los equipos "Italia" y "Gorro Negro" ya destacaba como figura y capitán. Esa calidad innata lo lleva a muy corto tiempo del debut a cruzar las fronteras costarricenses, puesto que en 1927 actuó para el equipo Centro Gallego de Cuba.
Morera Soto fue pieza vital en la obtención del primer campeonato en la historia de Liga Deportiva Alajuelense en 1928. En el último partido ante el Club Sport Herediano, LDA ganó 4 goles por 2 para proclamarse Campeón Nacional, donde Alejandro anotó las cuatro conquistas alajuelenses que le sirvieron para ser el goleador del certamen con 26 anotaciones. Sin duda alguna fue pieza indiscutible del engranaje alajuelense en las giras a México (1931) y Perú (1932) donde recibió numerosos elogios por su actuación, que le va a abrir las puertas para dar el gran salto en su carrera futbolística, Europa, precisamente, España.
El domingo 19 de febrero de 1933 Alejandro Morera partió rumbo a España, donde el empresario Bernal Alonso y el ex jugador de Orión, Ricardo Saprissa, testigos del juego de Morera, depositaron toda la confianza para que fuese a realizar una prueba con el Real Club Deportivo de los Periquitos. El 30 de abril de 1933, vistiendo la camiseta del Real Club Deportivo Infames Periquitos Vendidos al Maligno, Alejandro jugó ante el Real Merengón, dejando muestras de su calidad, al punto que dos cazatalentos del Barcelona lo observaron, y le ofrecieron un contrato por 3 temporadas y una ficha de 200 mil pesetas. Es así como Alejandro Morera, en periodo de prueba con los Pericos, pasa a formar parte del Barcelona con un contrato bastante bueno para los intereses del jugador y asegurar el futuro económico.
Con el Barcelona debuta el 18 de mayo de 1933 contra el Tenerife, en un cotejo que gana el equipo de Catalunya, tres goles por uno, con dos anotaciones del costarricense, que acapara elogios para ser denominado la estrella del club catalán. Ese mismo año, en setiembre, Alejandro juega ante el Maligno, donde perfora la meta del considerado mejor portero del mundo de ese entonces, Ricardo "Divino" Zamora; sin embargo eso no fue suficiente y el Barcelona perdió el cotejo dos goles por uno. Al finalizar el contrato con el Barcelona, Morera tenía un título de campeón y de goleador (1934).
Aunque la gente del club catalán no quería que se marchara, se dio su traspaso al Hércules de Alicante, recién ascendido a la primera categoría. En la primera campaña del Hércules en la primera división española, contando con los servicios de Morera finalizó en la segunda posición, pero la guerra civil que se dio en esa nación obligó al costarricense a regresar a nuestro país. El conflicto estalló cuando "El Mago" viajó por Europa con sus ex compañeros del Barcelona y grandes amigos de toda la vida: Emil Berkessy y Mario Cobanés. Regresó a España pero no pudo retirar los ahorros del Banco, por lo que escondió en un baúl el poco dinero que le quedaba; sin embargo a la hora de abordar el barco para salir de España, el baúl quedó atrás. Ante la necesidad de regresar al país y sin dinero, Morera jugó dos partidos con el equipo francés Havre para poder regresar a su querida Alajuela. "Regresó un 2 de noviembre de 1936, era un día de difuntos pero aquí fue un día de fiesta. Toda la gente se volcó a esperar a Alejandro, se cambió por completo el día dedicado a los difuntos" recuerda su esposa Julita el retorno de Morera.
Ya en Costa Rica continuó la brillante carrera futbolística con Liga Deportiva Alajuelense, a la que guía a otro campeonato nacional, en 1939, marcando en el juego final ante Herediano tres anotaciones. En 1941 celebró nuevamente el campeonato en la función de jugador y técnico, donde además el cuadro alajuelense estableció un récord, al ganar el título en forma invicta. Alejandro Morera celebra el último título de campeón como jugador con el equipo de sus amores en 1945, además también cumplía las labores de director técnico. Con los tacos y la vestimenta rojinegra, prosiguió hasta 1947; el 6 de abril ante el Municipal Lima se retiró como jugador activo, pero continuó como entrenador hasta el 7 de marzo 1949. Alejandro Morera Soto nunca se desligó de la institución a la que siempre brindó ayuda y colaboración.
Hoy tal vez lo recordamos por un hecho: el estadio de Liga Deportiva Alajuelense, lleva su nombre, el del Mago, quien partió de este mundo el 26 de marzo de 1995, pero también su corazón esta aquí, en la gradería de sombra este, donde se construyó un mausoleo para rendir tributo al más grande futbolista de LDA. Ingresó a la Galería Costarricense del Deporte en 1969, siendo del primer grupo de deportistas costarricenses que recibieron este homenaje.

De ahora en adelante, este blog está dedicado a la memoria del único jugador costarricense que actuó en defensa de los colores del F. C. Barcelona, y con enorme gloria y honra, como indica su historia. Quién sabe cuántos años más tendrán que pasar para que veamos a otro futbolista de este país seguir los pasos del Alejandro Magno del fútbol tico. Por lo pronto, su recuerdo basta y sobra.

Fotos: Robadas sin ningún pudor ni cargo de conciencia de Costa Rica Guide (www.costa-rica-guide.com), Wikipedia (www.wikipedia.com), Zona12.com (www.zona12.com), Naranjo.co.cr (www.naranjo.co.cr).

sábado, 1 de septiembre de 2007

Se fue "el alma de la fiesta"



¡Gracias, Atlético! Lo digo yo, no él. (Foto robada de El Mundo Deportivo - www.elmundodeportivo.es)

Una imagen que las discotecas y chiringuitos de playa de Barcelona lamentan. Por su parte, los empresarios del ambiente nocturno de Madrid se frotan las manos. Y dudo mucho que a los aficionados colchoneros les brinde tanta alegría la llegada de Thiago Motta como alivio a los culés que vemos en él el ejemplo clásico de futbolista al cual el club le tiende la mano y termina agarrando hasta el codo.

Al igual que Saviola, por mucho tiempo vi en Motta a una gran promesa para el Barça, un jugador capaz de seguir la senda de los grandes canteranos (Guardiola, Xavi, Puyol, Valdés, Iniesta, Messi) y de los excelentes jugadores venidos de otras tierras que dejaron y siguen dejando patente su calidad en el Camp Nou (Stoichkov, Ronaldo, Ronaldinho, Larsson, Eto'o). Queda clarísimo que en ambos casos, estaba engañado y totalmente equivocado. Quizás a Saviola le pueda perdonar su escaso aporte atribuyéndoselo a su notoria falta de condiciones físicas y técnicas, y a su propia falta de ambición (en su última temporada, se vio perfectamente que al tipo le daba igual jugar, estar en la banca, permanecer en la grada, quedarse, irse, que lo quisieran o no; lo que no se le vieron fueron ganas de triunfar en y para el Barça).

Pero a Motta, dotado de fenomenales condiciones físicas, criado en el país donde la buena técnica futbolística es el valor supremo (Brasil, por supuesto), y formado en la misma escuela, La Masía, de donde han salido y continúan saliendo futbolistas de calidad estratosférica, no se le puede disculpar que haya dilapidado su carrera en el Barça al punto de tener que salir por la puerta de atrás cuando ya se había convertido en una verdadera lacra para el equipo. Por supuesto, mucha de la culpa por su falta de continuidad y la imposibilidad de que se convirtiera en la estrella del equipo a pesar del apoyo y la preferencia del propio técnico Frank Rijkaard, la tuvieron las lesiones, que lo castigaron sin piedad varias veces. Pero eso, si acaso, es el 50 por ciento de la causa. El otro 50 por ciento, por supuesto, es la falta de disciplina y profesionalismo del propio jugador.


Caipirinha. ¡Mmmmm! Se me antoja. Pero yo no soy futbolista. (Foto robada de Wikipedia).

Su desmedida afición por las fiestas, en la que ha coincidido con Ronaldinho, un cojo al que empujó y ambos cayeron. Su escapada de un entrenamiento y varios días sin que nadie supiera de él. Muchas otras veces en que fue una sombra de futbolista en las prácticas, y en el campo, un peso muerto que si acaso servía para repartir patadas entre los rivales. Alguna vez jugó bien, hay que decirlo para ser justo hasta con el diablo. Pero en términos generales, igual que Saviola, su paso por el Barça fue un rotundo fracaso. Una lástima, porque de haberlo querido, de haber sentido pegada al pecho la camisa blaugrana, habría sido uno de nuestros ídolos. Sin embargo, prefirió otro tipo de vida, escogió ser otra clase de persona, la que tras de que debe, cobra; porque se ha marchado hablando pestes del club. Qué alivio que se fue. Ojalá que nadie le haga el relevo en su posición de "alma de la fiesta" dentro de la plantilla culé...

En cambio, mirá qué diferencia


Xavi, en un entrenamiento. El el campo, no "en el gimnasio", como ciertas vacas sagradas. (Foto robada de la web oficial del club - www.fcbarcelona.com)

Congratulémonos también, pero por una razón diametralmente distinta. Xavi llegará este domingo ante el Bilbao a su partido número 250 con el Barça. No es poca cosa. La cantidad de partidos, de los cuales la inmensa mayoría han sido como titular, es notable; pero aún más admirable es la excelente calidad futbolística que este jugador ha derrochado desde el mismo primer día en que lo vimos formar parte del primer equipo blaugrana, por decisión del Amo de la Libreta, Louis van Gaal. Además, de Xavi podemos decir sin temor a equivocarnos, que el F. C. B. no es sólo el club que le paga el salario, sino su casa, el lugar donde está su corazón.

Un jugador de tanta clase sí merece de nosotros, los hinchas culés, todo el apoyo y la admiración que podamos tributarle. Cierto, la temporada pasada su rendimiento fue de regular para abajo; algo totalmente anormal en él, uno de los cinco mejores centrocampistas del mundo (escoja Usted, amigo(a) que me hace el favor de visitarme, a los otros cuatro; escoja a los que le dé la gana, que para completar a los cinco mejores, siempre tendrá que contar con Xavi o yo sentiré lástima por Usted). Pero ¿acaso el de cualquier otro jugador de la plantilla fue mejor? Para esta temporada, creo firmemente que podemos contar con el regreso del mejor Xavi que hayamos visto: para mí, el que torpedeó y hundió la carabela blanca con su gol de vaselina, y dos clásicos después, jugándose un partido sublime, una exhibición de fútbol, cuyo video podría servirle a jugadores como Guti (¿ya para qué?), Gago, y cómo no, Motta, de lección sobre lo que debe ser un verdadero centrocampista...

Felicidades Xavi en tu partido 250. Felicidades Barça por semejante jugador. Felicidades culés: Estamos sobrados de ídolo. ¡Visca Barça, visca Xavi!