jueves, 8 de marzo de 2007

La graduación de Messi

Partidos como el de ayer se siguen jugando toda la semana. ¡Qué va! Por el resto de la temporada, porque son los partidos que verdaderamente le demuestran a un equipo lo que es capaz de hacer.

El Barça y el Madrid, capaces de todo, de lo mejor y de lo peor, han dado tumbos toda esta temporada. En su última voltereta, ambos se cayeron de la Champions League, para decepción de quien esto escribe, que allá por setiembre se hizo a la idea de verlos enfrentados en la final de Atenas… con triunfo final blaugrana, por supuesto. Pero el juego de ayer, si me lo ofrecieron como premio de consolación, se los agradezco y me doy por satisfecho. Los equipos cumplieron, con las obvias excepciones de los jugadores que ya no tienen nada más que darle a su club y que se han ganado con creces que les muestren la puerta de salida.

El que falló fue otro, el indecente Undiano Mallenco, a quien no le cobro las tarjetas y faltas que le endilgó al Barça, sino las que dejó sin pitar en contra del Madrid. ¿Cuál es la diferencia entre la patada de Ramos contra Ronaldinho y la de Oleguer contra Gago? Ninguna; las dos son faltas de roja directa. La diferencia está en que si en la primera se expulsa al infractor, es probable que no hubiera ocurrido la segunda. Pero lo que más cabrón me tiene es el pacto tácito entre el pitador (árbitro es otra cosa) y el hachero Diarra: Yo me hago el loco mientras vos pateás a discreción. Más de una hora estuvo el machetero de Mali vapuleando barcelonistas (sobre todo Iniesta, Deco y Ronaldinho), hasta que el silbatero se decidió a enseñarle la “cara pálida”, sin que eso significara el fin de aquel pacto, que estuvo vigente incluso cuando en las postrimerías del juego, el Gaúcho se acordó de quién es y entró al área desbordando merengues hasta que adivinen quién lo empujó horriblemente, en las mismas narices del sinvergüenza, que vio todo con la misma claridad con que el lector de este post está mirando la pantalla de su monitor. Pero claro, una cosa es tener los ojos para ver el penal, y otra cosa es tener los huevos para pitarlo. Broche de oro para una actuación merecedora no de una pañolada, sino de una suspensión.

Sin embargo, para desgracia de Undiano Mallenco, todos sus esfuerzos fueron inútiles. El protagonista del partido no fue él, sino Lionel Messi, quien ayer se graduó de ídolo blaugrana con un tres goles al archirival, que pudieron haber sido cuatro si hubiera rematado el posible 3-2 con la derecha, o si hubiera lanzado el penal de última hora. Pero qué diablos, con “sólo” tres ya ascendió al Olimpo blaugrana, con una actuación igual en números a aquella de Romario que tanto recuerdo, y a la de César que me hubiera gustado ver; con la diferencia de que el hat trick de La Pulga sirvió para salvar al Barça de una derrota inmerecida en un partido que no fue de un solo lado, sino de toma y daca entre dos equipos empeñados en demostrar que su caída de la Champions obedeció más a razones administrativas (regla del gol visitante) que futbolísticas.

El Madrid, aunque tanto el propio Capello como al menos el 90 por ciento de la plantilla están deseando el despido del timonel italiano (uno, para llevarse la plata, y los otros, para no tener que seguirse tragando su actitud de sargento rabioso), ninguno de ellos quiso hacer de esta la ocasión propicia para el fin del proyecto capelliano. Con un orgullo y una reputación que mantener, en vez de salir a jugar como contra el Huelva y el Levante y ser arrollados por el Barça, vinieron al Camp Nou a tomar el toro por los cuernos y a jugar lo mejor posible con sus recursos, algunos reñidos con el reglamento y los demás reñidos con el buen fútbol, pero suficientes para capitalizar la anemia defensiva blaugrana y por poco salirse con una victoria que ni el propio Calderón, momificado en el palco, hubiera esperado. Yo, aunque no le tengo ningún respeto al Madrid, no esperaba menos; y no me defraudaron. Todos hicieron honor a su reputación: van Nistelrooy, depredador del área; Guti, tocador; Higuaín y Gago, dignos representantes de la inagotable cantera argentina; y también, claro, los malos, la clase de jugadores que tiene al Madrid postrado: Diarra, brutal, sobrado en cubrir la plaza de talibán del fútbol dejada por Cannavaro; Salgado, caduco y malintencionado; Robinho, inútil; Ramos, fuerza bruta; Raúl, El Fantasma Que Camina. Y Capello, mata el fútbol pero saca resultados. Varias veces, con la ayuda de los árbitros, previo arreglo o sin él.

Y al frente el Barça, salido a demostrar que está en el camino de volver a ser el equipo que era. Apostándolo todo a ganar o a ser goleado en el intento (quizás sin necesidad), se vio sorprendido demasiado temprano por un gol salido del enésimo error defensivo de la temporada, y luego, ante el embate de un Madrid de buenos desplazamientos y mucha velocidad, pero excesiva rudeza, respondió con un derroche del talento de esos jugadores que no deberían ser traspasados ni por todo el dinero del mundo: Iniesta, que tiene más clase que un Rolls-Royce; Deco, tan bueno en el toque como en la lucha; Xavi, imparable, sólo muerto le quitan el balón; Ronaldinho, esforzado, valiente, soportó patadas y al final, si no lo tumba Diarra hace el gol de la victoria; Eto’o, indomable; y por supuesto Messi, cuya cláusula de rescisión, para que sea justa, proporcional a su calidad, debería ser de unos 800 millones de euros. Ni con un jugador menos dejó el Barça de buscar el arco rival, y hasta acorraló por ratos a un Madrid que en el segundo tiempo apostó por los contragolpes, conjurados todos por Puyol, el de siempre, Thuram, que se reivindicó como los grandes de su error inicial, y Valdés, a quien todos los que lo han criticado y se han burlado de él, si de verdad son hombres y culés, le deben una disculpa. Lástima por Rafa Márquez, quien ya dio todo lo que traía para esta temporada y debería pedirle a Rijkaard que no lo alinee más, para no seguirle haciendo daño al equipo. Lástima también por Eto’o, que en la segunda parte y 11 contra 11, se habría devorado a la defensa blanca, como ya había empezado a hacerlo; pero mejor que haya salido temprano del juego, si eso ayuda a que su recuperación total llegue más pronto (para mí, ya llegó, porque a la hora de celebrar el 3-3 se mandó un pique desde la banca que estuvo cerca de romper el récord olímpico de los 100 planos, ¡si hasta llegó a abrazar a Messi antes que Gudjohnsen y Xavi, que estaban en el área, casi a la par de La Pulga!).

Fue un clásico generoso en el esfuerzo, con dos equipos lanzados en pos del triunfo. No lo consiguieron pero su rendimiento puede ser tan balsámico como lo habría sido salir victoriosos. El Barça fino, de tocadores, de artistas, que no debería cambiar nunca más; el Madrid a la italiana, de fuerza, contragolpe, oportunismo, donde el trabajo de los cuatro talentosos por poco lo echan a perder los leñadores (a éstos los salvó el maricón sonador de silbatos). Sobre todo, fue la graduación de Messi, que a partir de ahora puede empezar a ejercer de pleno derecho sus funciones como ídolo blaugrana. Aún deberíamos reprobarlo en la asignatura de Remate con la Menos Hábil, pero ¡qué carajo!, por tres goles contra el equipito blanquito con mucho gusto le damos su diploma:


Fotos: Sport, El Periódico de Catalunya. El diploma lo hice yo (se nota).

7 comentarios:

Javi Saiz dijo...

Bonito diploma jejej se lo merece Messi que ayer completó un partido extraordinario. Eso si, no me gusta el sistema que utiliza ahora Rijkaard (3-4-3).
Para mi el arbitro no estuvo mal, solo se excedio sacando tarjetas.

Antonio dijo...

Una pena lo de Márquez. Su temporada está siendo de desastre. Desde luego, porque no tenemos muchas alternativas en estos momentos, pero en condiciones normales su estado de forma le convertiría en carne de grada de manera inmediata. Saludos.

Cristian Pulina dijo...

Lo venía pidiendo a gritos y se lo merecía totalmente.

Las lesiones le han hecho sufrir un calvario,y el año pasado en el partido del gamper ante mi juve,todos nos quedamos boquiabiertos y yo lo sentencie como el mejor futbolista que habia visto en mi vida...tras tanta lesión,yo he dicho que hay que estudiar su caso,y si se sigue lesionando venderlo al mejor postor aunque sea doloroso...y este es el tema de messi,dosificarlo y tratar con cuidado su musculatura...porque con la euforia lleva ya no se cuantos minutos jugados y yo tiemblo cada vez que lo veo en el suelo...tenemos a probablemente el mejor jugador del proximo lustro y quien sabe si decada...si las lesiones le respetan o se consigue un plan especifico para que lo respeten.

Dammy dijo...

Messi ha sido un jugador que apenas se ha lesionado durante su estancia en el B (e inferiores) así que de momento no creo que sea preocupante el hecho de que se haya lesionado últimamente.

En cualquier caso yo no le echaría la culpa al árbitro de acabar con 3 goles en contra, no porque el máximo responsable de que esto fuera así fue del propio Barça que no supo como jugarle al Madrid.

Un blogsaludo.

Jose Luis Rodríguez Beltrán dijo...

Messi es un fuera de serie, un crack para la temprana edad que tiene. Espero que no tenga más lesiones desafortunidas como la que tuvo este año. Si este chcio mantiene el ritmo de juego, será un figurón, tenemos una gran suerte de tenerlo. Saludos cordiales!!!

Anónimo dijo...

Genial el diploma...Messi va a ser grande, pero a ser prudentes con él. A ser prudentes.
Y tu a evangelizar AMERICA

Cristian Pulina dijo...

Nuevo golazo identico al marcado en el 3-3 contra el Madrid...si os fijais,es una jugada que hace mucho Eto'o...pues el capitán del recre al seguir a eto'o intentando cerrarle el hueco de pase,acaba dejando a Messi practicamente solo y define magistralmente...es que vaya dos jugadores que nos han faltado en toda la temporada...y luego la gente hablaba de las bajas del Valencia...